Sobre 240 hectáreas y 2 kilómetros de playas vírgenes, a solo 20 minutos de José Ignacio, se desarrolló una urbanización privada con lotes de 2.800 m2 en promedio y amenities para uso exclusivo.
El espíritu del proyecto es el de preservar la tranquilidad de la zona y la belleza natural que le aportan el mar y sus playas, la forestación, las cárcavas y la fauna autóctona, destinando más de un 50% del terreno a espacios verdes y áreas comunes.
Grandes cárcavas que quiebran el paisaje le dan un encanto único. El terreno de Las Garzas desciende escalonadamente desde la ruta hacia el mar, lo que convierte a la geografía del barrio en una sucesión de terrazas naturales que permiten disfrutar de amplias vistas al mar desde la mayoría de sus lotes.
A cierta distancia de la ciudad y con seguridad permanente en todo el predio, la vida en familia se disfruta mejor. Los niños viven su infancia libremente en un entorno seguro y tranquilo.