Ubicada en la codiciada zona de Playa Mansa, esta propiedad es un ejemplo destacado de la calidad de construcción que caracterizó a la década de 1990, cuando arquitectos como Boxer Anaya dejaron su huella en la zona, erigiendo majestuosas mansiones que definieron un estilo único. Esta casa, asentada en un terreno de 1424 metros cuadrados y con una construcción de 420 metros cuadrados, es un testimonio de esa época dorada.
La residencia se distingue por sus amplias áreas sociales y dormitorios de generosas dimensiones, diseñados con una distribución perfecta que incorpora todas las comodidades necesarias para una vivienda de gran envergadura. La cocina, con su doble mesada, el lavadero, el cuarto de servicio, los garajes y un espléndido jardín con piscina y parrilla, ofrecen todo lo necesario para una vida de lujo y confort.
Esta propiedad es un auténtico reflejo de la elegancia y la excelencia de la arquitectura de la década de 1990 en una ubicación privilegiada en Playa Mansa. Una oportunidad única para aquellos que buscan una residencia que combina historia, calidad y comodidades modernas en un entorno exclusivo.